miércoles, 24 de febrero de 2010


Por supuesto, pensemos que en la antigüedad un científico y un artista podían convivir en la misma persona. Tengamos en cuenta que los grandes artistas del renacimiento también fueron, además de grandes sabios, grandes científicos.
Es en el siglo XIX cuando se produce la escisión entre el mundo científico, el mundo religioso y el artístico. Sin embargo siguen existiendo a lo largo del siglo XX grandes anomalías.
Pensemos en un Teilhard de Chardin, por ejemplo, un arqueólogo jesuita que desarrolla una concepción científica que tiene mucho que ver con la de Frank Tipler y que denomina ‘Cristogénesis’.
La búsqueda de la evolución humana para salir de la biosfera, del estado animal y convertirnos en seres puramente espirituales o mentales y evolucionar hasta estratos superiores de la noosfera, conectándonos finalmente al llamado Punto Omega, que es la divinidad creadora que está fuera del espacio y del tiempo.

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