sábado, 8 de mayo de 2010

Gran Obra


El fin consta en cumplir la Gran Obra: transmutarnos. Cumplir el trabajo Alquímico, el trabajo de transformación interior, algo totalmente vivencial con un tremendo poder.

Alquimia sobre la Naturaleza:

A través del Atanor, hecho por el ser humano, podemos llegar a separar lo puro de lo impuro. Realizamos así un proceso de transmutación y llegamos a la esencia de la planta, a aquello que la hace única. Obtenemos así el Aceite Esencial: Este es el Oro en la Planta. La alquimia se ha concretado.

Alquimia sobre el humano:

A través del Atanor que "es" el ser humano, podemos llegar a separar lo puro de lo impuro. Realizamos así un proceso de transmutación y llegamos a la esencia del humano, a aquello que lo hace único. Obtenemos así el Hombre Alquímico: Este es el Oro en el humano. La alquimia se ha concretado. Hasta aquí podemos decir, siguiendo a Hermes Trismegisto ", como es arriba es abajo": el proceso de transmutación en la planta es similar al proceso de transmutación en el humano, interesante concepto pero insuficiente.Pero podemos decir más, y es que estos trabajos de alquimia además de ser similares, son complementarios: uno ayuda a otro. Esto sí es importante, pues esta ayuda es vital en una época donde los seres humanos hemos evolucionado mucho en algunos sentidos, e involucionado demasiado en otros.Para superar esta involución y para complementar el trabajo alquímico de evolución en el Humano, los aceites esenciales, son una Vía Regia.¿Por qué?, No me refiero a las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales que se conocen desde la antigüedad y que en general están orientadas a mantener la armonía del cuerpo físico, o a recuperarla en su caso, me refiero, en cambio a que los aceites esenciales permiten:

1. Superar el filtro de la mente racional. Hemos desarrollado un gran poder mental, y luego de Descartes, todo comenzó a pasar por el gran "filtro" de la mente racional. Esa mente que puede ayudarnos a ver "claro y distinto", es también la que nos impide la transmutación alquímica. Todo cambio propuesto, es analizado, desmenuzado, despedazado, por nuestra mente, y "poco" lo que pasa a nuestro interior. Dicen que son necesarias más de treinta rosas para obtener una gota de "esencia de rosas". Lamentablemente nuestra mente pisotea treinta "rosas de sabiduría" y como no logra explicar de donde proviene la "gota de esencia", la pisotea también. Para superar este obstáculo los aceites esenciales son vitales. Creando un condicionamiento adecuado a través de un aceite esencial, podemos lograr que éste nos pongan en contacto directo con nuestro interior. Podremos así realizar el trabajo alquímico, evadiendo el control de nuestra mente racional.


2. Trabajar en forma directa sobre nuestro cuerpo energético. Nuestro cuerpo energético tiene una vibración específica que conocemos como salud, cuando la perdemos aparece la desarmonía y la enfermedad que es su efecto visible. Cada aceite esencial emite una vibración específica. Estas vibraciones son percibidas por nuestro cuerpo energético y si son armónicas con sus necesidades, el aceite esencial le facilita un patrón de referencia vibracional, que le permite al cuerpo energético recuperar su armonía en poco tiempo.


3. Sellar las fisuras. El cuerpo energético puede tener fisuras, que hagan bajar las defensas del organismo. Los aceites esenciales pueden colaborar en el trabajo de sellado energético de fisuras. A tal fin se colocan en el sector del cuerpo físico en forma de aceite, y en el campo energético utilizando un aspersor.


4. Abrir los centros de energía. Los aceites esenciales aplicados sobre los centros energéticos (Chakras) permiten su adecuada apertura. Durante el trabajo de transmutación alquímica, estos centros deben poder abrirse y armonizarse en segundos, Los aceites esenciales con su vibración, genera una "instrucción específica", para la apertura durante el trabajo alquímico. El masaje Akarezza para la transmutación alquímica en la mujer, utiliza los aceites esenciales con ese fin.

5. "Sellar" los centros. En los procesos alquímicos se trabaja con determinados "centros" cerrados, a tal fin se los "sella" herméticamente. Los aceites esenciales son indispensables a tal fin. Para aquellos que quieran ver una aplicación de este principio de "sellado" y el anterior de apertura, observen con detenimiento los pasos del "bautismo" de un bebé, según el ritual de la Iglesia Católica.


6. Ingresar a estados alterados de conciencia. En estos estados, podemos interactuar con la "partícula divina", o célula celestial, para que inicie o continúe el proceso de transmutación de nuestro ser, llevándonos hacia la luz. Con la ayuda de los aceites esenciales, ingresamos en pocos minutos al estado buscado.


7. Unificar las energías en un Ritual Alquímico. Cuando diversas personas interactúan en un ritual Alquímico, es vital que vibren en una similar frecuencia. El uso por todos los participantes, de un específico aceite esencial, en determinados centros, permitirá abrir los "portales astrales celestiales" con precisión.


8. Elevar las vibraciones. Cuando una persona está deprimida o simplemente con bajas energías, no puede realizar un trabajo alquímico. El uso de los aceites esenciales modifica en pocos minutos las vibraciones colaborando activamente en el proceso de recuperación energética.


9. Ayuda a la creación del "Elixir de vida". Un aceite esencial aplicado de un modo específico y en lapsos predeterminados facilita la creación de la sustancia interna denominada "Elixir de vida". Los aceites esenciales son la Vía Regia para la transmutación alquímica, pero evitemos confusiones. La vía, la senda, el camino, no es el caminante.

No creas que "comprando" todos los aceites esenciales que existen en el planeta, aumentará en "una gota" tu "esencia" alquímica. Los aceites esenciales son la Vía Regia, pero eres tú el que debe, si lo deseas, con esfuerzo y amor, recorrer ese camino Alquímico de transformación, junto a ellos.

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